Puedes utilizar tu espacio de journaling como más te apetezca.
Aquí te proponemos algunas ideas.
Escribe para soltar, para expresar. nada está bien ni mal. Sirve para para canalizar, para tomar perspectiva de lo que estás pensando…
– ¿Cómo me siento hoy? ¿Qué quiere decirme esta emoción? ¿Cómo podría cubrir la necesidad que me está transmitiendo? ¿Cómo me gustaría/necesito sentirme? ¿Qué puedo hacer para activar esa emoción?
– ¿Cómo he dormido ¿Noto descanso? ¿Cómo siento mi cuerpo al despertar? ¿Me doy cuenta si me siento removida, o inquieta de alguna forma a nivel mental, físico o emocional?
Me siento / Me he dado cuenta / Estoy aprendiendo // Hoy he aprendido
¿Cómo quiero despertarme mañana?
Igual que por la mañana pero por la noche. A veces ayuda para dormir mejor. A veces puede activarte demasiado. (Experimenta cómo te sientes después de hacerlo y personaliza tu práctica)
¿Qué ha sido difícil hoy? ¿Qué puedo mejorar?
Realiza tu práctica cada día y siente el cambio dentro de ti. Al principio notarás pequeños destellos, pero con la práctica continuada verás que sus beneficios inundan muchas áreas de tu vida.
A medida que vayas practicando, tu motivación crecerá al ir descubriéndote y profundizando. Recuerda dejar tu diario en un lugar visible (por ejemplo tu mesilla de noche) para escribir nada más levantarte y escribirte.
Poco a poco sentirás esa sensación de tranquilidad a la vez que vuelcas tus pensamientos en tu diario, y dejen de inundar tu cabeza, sin dejar espacio para la calma y el bienestar.